Los niños y su noción de la muerte
Cada niño tiene su propia noción de la muerte. Las experiencias anteriores con la muerte, así como la edad, el desarrollo emocional y el entorno son los aspectos que más influyen en la idea que tiene un niño de la muerte. Los dibujos animados, las películas, la televisión, los videojuegos e incluso los libros están repletos de imágenes de muerte. Es posible que el niño haya pasado por la experiencia de la muerte de un familiar, un amigo o una mascota en el pasado.
Los sentimientos y el temor de un adulto respecto de la muerte a menudo se trasladan a sus hijos. Tratar a la muerte como parte de la vida es difícil, pero puede ayudar a aliviar algo del temor y la confusión que se asocian con ella.
Todos los niños son diferentes. Algunos serán más maduros que otros en sus pensamientos. A continuación se mencionan algunas ideas comunes que los niños tienen sobre la muerte, de acuerdo con sus edades de desarrollo.
Bebé
Los bebés no tienen noción de la muerte. Ellos reaccionan a la separación de uno de los padres, a los procedimientos dolorosos y a cualquier cambio en la rutina. Un bebé con una enfermedad terminal necesitará el mismo cuidado físico y emocional que las personas de cualquier grupo etario. Mantener una rutina constante es importante para el bebé y sus cuidadores. Los bebés no pueden expresar sus necesidades, de modo que suelen demostrar su temor por medio del llanto.
Niños pequeños
Para los niños pequeños, la muerte tiene muy poco sentido. Tal vez sientan ansiedad y temor porque las personas que los rodean están tristes, deprimidas, asustadas o enojadas. Es posible que los niños pequeños no entiendan los términos “muerte”, “para siempre” o “permanente”. Incluso si el niño ha tenido experiencias anteriores con la muerte, quizás no comprenda la relación entre la vida y la muerte. Para ellos, la muerte no es permanente.
Niños en edad preescolar
Los niños en edad preescolar pueden empezar a entender que los adultos le temen a la muerte. Este grupo etario puede ver a la muerte como un suceso a corto plazo o reversible, como en los dibujos animados. Generalmente, a los niños de esta edad, se les explica la muerte como que alguien “se fue al cielo”. La mayoría de los niños de este grupo etario no comprenden que la muerte es permanente, y no saben que todas las personas y todos los seres vivos morirán. Tampoco saben que los seres muertos no comen, no duermen ni respiran. No debe explicarse a la muerte como si se tratara de “dormir”.
La experiencia de los niños con la muerte está influenciada por las personas que los rodean. Ellos pueden hacer preguntas sobre por qué y cómo ocurre la muerte. Los niños en edad preescolar pueden sentir que sus pensamientos o acciones han causado la muerte y la tristeza de quienes los rodean. Pueden sentir culpa y vergüenza.
Cuando los niños de este grupo etario están gravemente enfermos, tal vez crean que se trata de un castigo por algo que hicieron y pensaron. No entienden cómo sus padres no pudieron protegerlos contra esta enfermedad.
Los hermanos en edad preescolar de un niño que está muriendo también pueden sentir que ellos causaron la enfermedad y la muerte. Los hermanos pequeños de los niños que están muriendo también necesitan que les den tranquilidad y consuelo durante este tiempo.
Niños en edad escolar
Los niños en edad escolar tienen una visión más realista de la muerte. A pesar de que pueden personificar a la muerte como un ángel, un esqueleto o un fantasma, este grupo etario empieza a entender que es permanente. Ellos saben que todas las personas mueren. Pueden sentir una gran curiosidad acerca del proceso físico de la muerte y qué ocurre después de que una persona muere. Pueden temerle a su propia muerte porque no saben qué ocurre después de que mueren. El miedo a lo desconocido, la pérdida del control y la separación de la familia y los amigos pueden ser las principales fuentes de ansiedad y temor relacionadas con la muerte.
Adolescentes
Al igual que ocurre con personas de todas las edades, las experiencias pasadas y el desarrollo emocional afectan en gran medida la noción de la muerte que tiene un adolescente. La mayoría de los adolescentes comprenden que la muerte es permanente y que todas las personas mueren. Es posible que algunos hayan pasado por la experiencia de la muerte de un familiar, un amigo o una mascota.
Los adolescentes, al igual que los adultos, pueden pedir que se respeten sus rituales religiosos o culturales.
La mayoría de los adolescentes está empezando a establecer su identidad, su independencia y su relación con los pares. Un tema predominante en los adolescentes es sentirse que son inmortales o que están exentos de morir. La consciencia de sus propias muertes amenaza todos estos objetivos. La negación y las actitudes desafiantes pueden modificar, de repente, la personalidad de un adolescente que se enfrenta a la muerte. Los adolescentes pueden sentir que ya no pertenecen ni encajan con sus pares, y, además, que ya no pueden hablar con sus padres.
Para los adolescentes, también es importante la imagen de sí mismos. Una enfermedad terminal o los efectos del tratamiento pueden producir muchos cambios físicos complejos. Los adolescentes pueden sentirse solos en su lucha, asustados y enojados.
Es importante que los padres se den cuenta de que los niños de todas las edades responden a la muerte de formas peculiares. Los niños necesitan apoyo. Necesitan a alguien que escuche sus opiniones y les dé tranquilidad, y mitigue sus miedos.