Cuidados para viajar si tiene una afección crónica
Las afecciones crónicas no deben impedirle disfrutar de los viajes. Al igual que con otras afecciones médicas, si tiene una afección crónica, debe acudir a su proveedor de atención médica lo antes posible antes de viajar. Hable de los riesgos que puede conllevar y planifique las vacunas, los medicamentos y los dispositivos o suministros médicos que pueda necesitar antes o durante el periodo del viaje.
Los viajes en avión pueden suponer ciertos riesgos para algunas personas. Por ejemplo, para las personas con insuficiencia cardíaca, ataque al corazón o ataque cerebral reciente, dolor torácico (angina de pecho) en reposo, trastornos del ritmo o de la frecuencia cardíaca, presión arterial no controlada, anemia grave, anemia falciforme, trastornos mentales agudos, epilepsia y cualquier enfermedad grave o contagiosa. Si tiene alguna de estas afecciones, su proveedor de atención médica puede recomendarle que no viaje en avión.
Los viajes en avión con una afección crónica
Ahora los aviones viajan a mucha más altura y con niveles de oxígeno reducidos en la cabina. Las personas sanas rara vez notan esta disminución de oxígeno cuando viajan en avión. Pero si tiene ciertas afecciones cardíacas o pulmonares, podría ser peligroso.
En su momento, se advirtió a las personas con determinadas enfermedades del corazón que provocan una reducción de los niveles de oxígeno en sangre que no debían viajar en avión. Pero según se indica en estudios recientes, si se toman ciertas precauciones, no hay ningún riesgo adicional. Los expertos aconsejan que las personas con estas afecciones viajen con un acompañante que conozca su estado. Esta persona también puede ayudar con el equipaje y el transporte terrestre. También es importante beber muchas bebidas no alcohólicas cuando viaja.
Las personas con problemas circulatorios pueden tener hinchazón en las piernas y otras molestias en los vuelos largos. También se pueden formar coágulos de sangre después de estar sentado durante períodos prolongados. Para ayudar a reducir estos riesgos, debe hacer lo siguiente:
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Pasee y estire las piernas y los brazos al menos una vez por hora.
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Levante las piernas varias veces por hora mientras esté sentado en el avión.
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Use medias bien ajustadas o de compresión.
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Tome aspirina de dosis baja, si se lo aconseja su proveedor de atención médica. No se recomienda esto para las personas que ya estén tomando otro medicamento anticoagulante.
Si tiene una afección crónica, es muy importante que se informe sobre los centros médicos disponibles en su destino. Además, consiga los nombres de los proveedores de atención médica con los que puede ponerse en contacto en caso de emergencia. También es importante que consulte sobre la cobertura con el prestador de su seguro médico mientras esté en el extranjero. Por último, asegúrese de poder acceder a su historia clínica durante el viaje.
En la medida de lo posible, no esté cerca de personas que estén enfermas mientras esté fuera. Los riesgos pueden incluir la COVID-19, la gripe, infecciones respiratorias, enfermedades diarreicas, infecciones de transmisión sexual y otras enfermedades infecciosas.